Construir una casa, y no nos referimos tan sólo a una casa material, tiene un coste importante en recursos y tiempo. Esta semana pasada hemos conseguido cinco mil euros más para el proyecto gracias a las presentaciones que hemos realizado del libro “Dios”, de Emilio Carrillo. Es un trocito más de pared, un trocito más de espíritu para empujar esta hermosa aspiración que ha pasado a ser un sueño grupal.
Lo que empezó como el sueño de unas pocas personas, se está convirtiendo en una red de complicidades y guiños que va más allá de nuestras fronteras psicológicas. Con ello estamos descubriendo una nueva fuerza, un nuevo empuje hacia ese modelo que queremos para nuestra sociedad. Estamos dando un paso cuántico que va desde el individualismo egoísta y dócil a la rebeldía grupal, al apoyo y cooperación generosa de todos con todos. Sumando, una y otra vez sumando, sin restar un ápice de nada ni de nadie. Todos aportan algo y así todos ganamos. Un trozo de ilusión, cinco euros, mil, qué importa la cantidad, un trozo de tiempo o de espacio o de arte o de entusiasmo. Todos, y cada vez somos más, estamos creando algo que va más allá de lo meramente material. Una casa común en un espíritu de cooperación común.
Sin darnos cuenta estamos coparticipando en esa filosofía nueva de amor en acción, de voluntad al servicio del saber. Estamos siendo instrumentos de ese paradigma que está naciendo como semilla fértil dentro de nuestro interior. Tendemos una mano para dar y recibir y descubrimos la importancia de colaborar juntos. “Deja lo que puedas y coge lo que necesites”, como en el verdadero espíritu del Camino de Santiago. Esa es nuestra filosofía y esa es la filosofía del nuevo mundo. Y ese será el letrero que anunciará la bienvenida al lugar que albergará este propósito.
No pediremos nada más que la responsabilidad de sabernos unidos por el lazo místico y por las coordenadas de la buena voluntad al bien. Cuando lleguemos a la utopía habrá mucho que hacer, pero habrá algo seguro, será nuestra casa. Y en esa casa deberemos empezar a trabajar con esfuerzo para que el mensaje se extienda y se reproduzca en lo tangible. ¿Otro mundo es posible? Claro que sí, ya hay muchos que lo están poniendo en práctica. Ahora ha llegado nuestro momento. Ahora nos toca a nosotros. Os esperamos mientras agradecemos de corazón todos vuestros apoyos.