Pasamos una bonita tarde con Joaquin, comiendo con los amigos de BK en su nuevo centro de Pio XII y una hermosa merienda con el amigo Ramiro Calle y su mujer. En alguna conversación nuestros amigos nos preguntaban sobre la necesidad de hacer y llevar a cabo el Proyecto O Couso, ¿para qué hacer algo así si ya tenemos un bonito proyecto empresarial al cual dedicarnos por muchos años ?
Realmente no sabía qué contestar, o mejor dicho, sí lo sabía y así lo hice: es algo que nace del interior, que no se puede medir o pesar, que no entiende de dificultades u obstáculos. Algo que, aunque de pereza el solo hecho de pensarlo no tiene nada que ver con apetencias o gustos personales, o necesidades insatisfechas o caprichos de temporada.
Es un mandato interior que sentimos con tanta fuerza que nacería una frustración existencial si no pudiéramos realizarlo. Y no es algo temporal porque llevamos desde hace muchos años hablando de ello, hasta el punto que he incluso hemos hecho una tesis doctoral sobre el asunto. Algo pasajero y caprichoso no dura tanto tiempo.
De ahí que a pesar de todo, seguimos adelante, con entusiasmo y alegría por sabernos partícipes de algo bonito y necesario.
Desde que terminó la campaña de crowdfunding han pasado cosas hermosas. Ahora estamos trabajando en una nueva estrategia de financiación que esperamos que de sus frutos. De hecho, ya estamos recogiendo las primeras muestras de colaboración y seguramente muy pronto, antes de lo previsto, podamos tener por fin la finca de O Couso para empezar sin duda con la parte más retante y difícil, la cual, posiblemente, nos llevará dos años de aventuras. Así pues, seguimos con entusiasmo y sigilosamente con la proyección del ideal. Gracias de corazón a los que nos enviáis constantemente tantas muestras de ánimo y fortaleza.