Pensábamos que vendrían pocos, y que de esos pocos, pocos serían los que volverían tras comprobar las condiciones precarias en las que nos encontramos. Pero desde que empezó el verano no ha parado de venir gente bonita a O Couso, y muchos de ellos repiten una y otra vez la experiencia de compartir todos juntos momentos únicos e irrepetibles. Tal es el éxito que ya hay tres voluntarios continuos que están entregando sus días y preparando el circuito de seis meses para poder aspirar a participar en la futura comunidad.
Aún no tenemos carteles, ni anuncios en ninguna parte, pero el boca a boca corre como la pólvora y cuando algo se hace con amor y cariño, esto termina notándose. Vamos consiguiendo muchos retos y vamos viendo como la casa día a día se transforma para pronto acoger al mayor número de personas posibles. Las caravanas ya se nos están quedando pequeñas y estamos empezando a albergar a personas en tiendas de acampada y en la pequeña ermita que hemos convertido en refugio provisional nocturno.
Nuestro afán de compartir experiencias nos hace acelerar los trabajos para que la casa de acogida esté lista lo antes posible. Ya pudimos poner uno de los tejados que estaban más deteriorados y estas semanas estamos ya instalando los suelos de la que será la futura cocina y uno de los lavabos. Hasta ahora hemos podido ir haciendo todo esto gracias a pequeñas contribuciones y al trabajo incesante de muchos amigos que nos ayudan con ilusión y alegría.
Ahora nos vemos obligados a afrontar un nuevo reto, importante y significativo para que todo el mundo que vamos acogiendo tenga algún tipo de comodidad añadida: disponer de luz y de agua corriente.
Para el agua, gracias a las indicaciones de un zahorí y una radiestesista que nos visitaron no hace mucho hemos decido acudir al manantial que existe aproximadamente a unos sesenta metros de profundidad. Al parecer, si conseguimos alcanzarlo tendremos agua en abundancia todo el año.
Para la luz, hemos acordado profundizar en las energías renovables y vamos a dotar a toda la finca de una importante instalación de placas solares y aerogeneradores de viento para poder ser completamente autosuficientes. El hecho de que el coste de engancharnos a la luz eléctrica convencional sea equivalente al coste total de toda la instalación ecológica ha ayudado mucho en esta dirección.
El coste total de ambas instalaciones es de doce mil euros. Nueve mil euros la instalación eléctrica y unos tres mil euros el pozo de agua y la instalación de bomba y tuberías. Para ello vamos a emprender una campaña de captación de fondos con la esperanza de que pronto podamos acometer dichos retos y así podamos acoger con un mínimo de condiciones a todos los que nos estáis visitando con tanta ilusión y entrega.
Si queréis participar en este nuevo reto no dudéis en apoyarnos en la siguiente cuenta de la Fundación Dharana:
LA CAIXA: ES78 2100 1651 08 0200240825