Segundo Invierno en O Couso

Ante la insistencia de más de treinta personas, el año pasado pudimos celebrar un hermoso fin de año acompañados de gente muy bonita venida de todo el país. Fue el primer fin de año en O Couso y aunque por esas fechas aún no teníamos ni ventanas en la casa, fue un momento inolvidable.

A pesar de que las condiciones han mejorado mucho en la casa de acogida, donde ya tenemos un pequeño grifo con algo de agua “corriente”, algunas ventanas, tres habitaciones casi habilitadas y unas veinte camas, este año no haremos nada especial excepto estar allí por si alguien quisiera visitarnos. Cuidaremos de los animales, de nuestra nueva amiga, Luz del Alba, una hermosa yegua que nos han donado desde las tierras del sur, y de todos los valientes peregrinos que atreviesen esas tierras por estas fechas.

El motivo para no celebrar nada especial es que la casa de acogida aún no está terminada y quedan al menos dos años de trabajo intenso para que podamos ofrecer unas condiciones mínimas de bienestar. Más comodidad no significa menos magia, porque la magia de O Couso siempre va a estar ahí, pero si además podemos disfrutarla con un poquito de bienestar para todos esa magia será aún mejor.

El invierno pasado llegamos a convivir hasta ocho personas en O Couso. Fue un invierno muy duro pero de mucho aprendizaje. Aquí se quedaron Sandra y Carlos y de esta aventura nació hace tan solo un mes María, una bella criatura a la que ya echamos de menos ya que por buscar una vida mejor para la niña, esta hermosa familia ha marchado cerca de Madrid. Este año la perspectiva es diferente, seguramente estaremos dos o tres personas al cuidado de los animales y trabajando duro para que la casa sea cada vez más habitable.

La casa de acogida es un pilar importante de todo el proyecto. Es la base fundacional para que el resto de proyectos se materialice. Los que estamos aquí de voluntarios a veces nos sentimos abatidos y agotados, pero gracias a todas las almas buenas que vienen a echarnos una mano podemos descansar y podemos dejarnos mimar. Siempre pedimos perdón porque a veces nuestro ánimo está bajo o nuestra fuerza al mínimo. Pero siempre lo hacemos con una sonrisa interior de agradecimiento y una llama viva que nos hace fuertes para seguir adelante. Cada persona que nos visita para nosotros es un motivo de esperanza y alegría, de sostén para continuar.

Estas fiestas estaremos viviéndolas en solitario, en silencio, agradecidos por el nuevo ciclo, por la nueva enseñanza. Si el frío y las penurias materiales no os importan por supuesto estáis invitados en este tiempo de recogimiento interior. Habrá escasez de casi todo, incluso, en algún momento, de calor humano, pero nunca faltará el aprendizaje, la enseñanza y la magia del lugar. Allí, en silencio y acogiendo, seguiremos los de siempre, en eterno agradecimiento. Felices fiestas a todos…

Pd.- Algunos de vosotros nos ha pedido que pongamos un sistema de pago mensual para poder aportar algo más de un euro en la construcción del proyecto. Hemos creado una suscripción mensual para que podáis hacerlo. Aquí os dejamos el vínculo. Muchas gracias de corazón por estar AHÍ.