Alguien nos preguntaba estos días como habíamos sobrevivido con nuestra pobreza energética en medio de los bosques. La verdad es que el secreto ha sido una gran renuncia, una perfecta austeridad y un abuso constante de ciertas alternativas como la carga de las baterías de nuestros coches o el ir a lavar la ropa y ducharnos especialmente en invierno a un apartamento que tenemos de soporte.
Una de las cosas que no quieren que pensemos, hasta el punto de que puede estar penalizado, es que la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Estamos hablando de la ley de la conservación de la energía, la cual afirma que la cantidad total de energía en cualquier sistema físico aislado permanece invariable con el tiempo, aunque dicha energía puede transformarse en otra forma de energía. En resumen, la ley de la conservación de la energía afirma que la energía no puede crearse ni destruirse, sólo se puede cambiar de una forma a otra. Ya sabemos que el universo entero, el tangible y el intangible, parten de energías y un concepto que aún no se ha investigado del todo en conexión plena con la misma: la fuerza. Fuerza y energía son dos elementos que están ahí para provocar algo tan insólito como las galaxias, como la vida, la inteligencia o la plena consciencia.
La energía siempre ha sido un asunto importante en la evolución humana. La energía nos da fuerzas para vivir mediante la ingesta de alimentos. La energía nos mueve y conmueve y nos da calor para soportar la propia subsistencia.
En los tiempos en los que vivimos, el asunto energético es apasionante pues cada día estamos siendo más conscientes de la posibilidad de generar energía libre y limpia. Esto significa un diálogo directo entre la energía y nosotros, sin que existan intermediarios. Uno de los avances más impresionantes de nuestro tiempo ha sido la conexión directa con el sol, el viento y el agua mediante las energías renovables. Algo inaccesible hasta hace muy poco, ahora resulta que puede estar al alcance de cualquiera que quiera invertir un poco en libertad y autonomía.
Nuestra experiencia ha sido bastante positiva aquí en los bosques. Empezamos con una instalación muy sencilla para encender alguna bombilla, cargar los móviles y poder trabajar con el ordenador. La instalación estaba compuesta por lo siguiente:
1 placa solar de unos 5W a 12V con un importe de 30 €
1 inversor de 180W a 12V con un importe de 120 €
1 batería de 8Ah a 12V con un importe de 20 €
1 regulador de carga de 4Ah con un importe de 10€
Es decir, por menos de doscientos euros habíamos conseguido una cierta, aunque pequeña y anecdótica, solución a nuestros problemas más inmediatos. La pequeña batería de 8Ah la cambiamos por una vieja y reciclada batería de coche que aún funciona y el regulador pudimos comprar uno que incluye unas salidas de USB, evitando así tener que conectar el inversor, conectado bombillas led y móviles directamente desde el regulador. Eso quiere decir que para una bombilla led y recargar el móvil con una pequeña placa, una batería reciclada y un pequeño y barato regulador con USB es suficiente. Esta es la instalación que ahora tenemos en una de las cabañas.
El segundo año, dado el número de gente que venía todos los veranos a visitarnos, decidimos ampliar la pequeña instalación con lo siguiente:
1 placa solar de 165W a 12V con un importe de 200€
1 batería de 60Ah a 12V con un importe de 170€
Esta segunda instalación nos ha permitido durante este último año atender la demanda de carga de móviles de todos nuestros visitantes, algún ordenador en verano y dos bombillas en la gran casa de piedra. A pesar de las mejoras, aún estamos muy lejos de un producto ideal para cada unidad familiar que además pueda funcionar en invierno al menos para cargar un ordenador y tener algo de luz eléctrica. Así que para alcanzar nuestro próximo objetivo, la suficiencia energética para cada unidad familiar, hemos calculado que debería constar al menos de los siguientes elementos:
3 placas solares de 300W a 24V con un importe de 230€ unidad.
1 inversor de 3000W a 24V a MPPT de onda pura con un importe de 690€.
2 baterías de 240Ah a 12V con un importe de 290€ cada una.
Es decir, por un importe cercano a los 1500 € podemos decir que podremos disponer de energía suficiente para ser más o menos libres sin muchas exigencias. A partir de aquí es simplemente ir sumando posibilidades como más placas, más baterías, más inversores o incluso un aerogenerador. Hay inversores de onda modificada por menos de 200€ y también placas y baterías más baratas.
De momento son tres pequeñas instalaciones las que deseamos realizar hasta que en un futuro podamos realizar una instalación global, la cual hemos calculado en unos diez mil euros. Si os animáis a participar en la adquisición de estos materiales para apoyar nuestra pobreza energética no dudéis en hacerlo en la cuenta de la fundación con el concepto «instalación fotovoltaica».
Fundación Dharana. Triodos Bank: ES54 1491 0001 2121 2237 2325