Creando comunidades espirituales

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Miembros de la comunidad subjetiva de O Couso

Ayudar a dar a luz lo espiritual en la materia es una tarea compleja. Ni siquiera tenemos constancia del significado profundo de eso que damos por llamar mundo espiritual. Los filósofos y místicos de todos los tiempos se aproximaban bastante cuando hablaban del mundo de las ideas y los arquetipos. Aún no somos del todo conscientes, pero existe una comunidad de ideas y arquetipos que esperan manifestarse en la tierra, desean el parto para que se produzca el milagro que ocurre entre las nubes cuando las aguas se condensan en la atmósfera y se precipitan hacia el suelo fundando con ello fuentes, ríos y mares. Así funciona, de igual manera, el mundo intangible. Mediante la acción de ciertas fuerzas, las ideas se precipitan.

Cuando intuimos la idea del proyecto O Couso, sabíamos que de alguna manera teníamos que propiciar la caída desde el cielo de ese arquetipo. Ideamos un sistema sencillo. Primero creamos una triada. Tres personas son manifiestamente poderosas para crear y condensar arquetipos. Como es arriba es abajo. Luego buscamos un grupo de meditadores que se reunían todos los martes para crear el egregor, el espíritu grupal necesario para manifestar con ello “fuerzas” y “energías”. Eso hacíamos, elevar la mirada y estar más allá de nuestras pasiones humanas, de nuestros deseos y pensamientos. Mirábamos al cielo con ojos desapegados y brillantes, iluminados por la luz de la vida, con intuición y certeza de que estábamos trabajando para un bien superior. Las meditaciones grupales crearon un pequeño grupo de comunidad subjetivo que fue creciendo con en el tiempo hasta que la idea se precipitó. Lo demás vino por añadidura.

En 1905, Rudolf Steiner, teósofo y fundador de las Escuelas Waldorf, dio en Berlín una conferencia llamada “La Hermandad y la Lucha por Sobrevivir”. En esta conferencia habló de la necesidad de construir comunidades, y describió cómo los seres espirituales actúan a través de las comunidades y las personas que juntas trabajan hacia un mismo ideal. En esa conferencia dijo lo siguiente:

“La unión, la comunidad, trae a un ser superior que se manifiesta gracias a los miembros unidos. Es un principio universal de la vida; cinco personas que están juntas, que piensan y sienten juntos en armonía, son más que uno más uno más uno más… Entre estos cinco ahora hay un nuevo ser superior, también entre dos o tres: “Cuando dos o más se reúnan en mi nombre, estaré entre ellos”. No es el primero, ni el segundo, ni el tercero, pero algo totalmente nuevo que surge de la unión, y sin embargo sólo surge si el individuo vive en el otro, si el individuo obtiene su poder no sólo de él mismo, sino de los demás. Únicamente ocurre al vivir altruistamente en el otro. Por lo tanto, las comunidades humanas son lugares de misterio donde los seres espirituales elevados descienden para actuar a través de los seres humanos. Así como el alma se expresa en los miembros del cuerpo, uno no puede ver a estos espíritus que viven en las comunidades pero ahí están. Están ahí gracias al amor fraternal de las personas que en esa comunidad trabajan. Así como el cuerpo tiene un alma, una comunidad también tiene un alma. Lo repito y no lo digo como una alegoría o una metáfora, lo digo como una realidad”.

El parto de la luz requiere comunidades dónde seres intangibles puedan manifestarse y ayudar en la labor de crear un mundo nuevo. La unión de almas por un propósito común es posible si se hace desde la más absoluta consciencia, desde la intuición abierta y desde la fuerza de la voluntad al bien. Enfocar nuestras vidas, nuestros recursos, nuestras habilidades, dones y talentos a esta misión merece la pena. Steiner lo manifiesta de forma clara:

“Aquellos que trabajan juntos para ayudarse mutuamente son magos por que atraen a seres superiores. Si uno trabaja en una comunidad en verdadero ánimo fraternal no necesita usar técnicas del espiritismo. Los seres superiores ahí se manifiestan, y si nos rendimos a esta ayuda mutua, a este dar a la comunidad, nuestros órganos se fortalecen de manera muy poderosa. Al hablar o actuar como un miembro de esa comunidad, en nosotros habla y actúa no un alma individual, pero sí el espíritu entero de la comunidad. Este es el secreto del Progreso para el futuro de la humanidad: el trabajo en comunidades”.

Gracias de corazón por apoyar este proyecto de luz y amor…

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